miércoles, 24 de abril de 2013

Valores en la Familia



Los valores que se establecen entre los miembros de una familia se establecen relaciones personales que entrañan afinidad de sentimientos, de afectos e intereses que se basan en el respeto mutuo de las personas.  Las relaciones personales y la estabilidad familiar son los fundamentos de la libertad, de la seguridad, de la fraternidad en el seno de la sociedad. Es por esto que en la familia se inicia a la vida social. Es en la familia donde se enseñan los primeros valores; valores que serán sustento para la vida en sociedad y a lo largo de la vida de la persona. Entre otros destacan los siguientes:




La alegría:

La alegría es un valor que se siembra primeramente en el seno familiar. Es en el núcleo familiar donde se procura que los miembros se ayuden unos a otros en sus necesidades, en la superación de obstáculos y dificultades, así como el compartir los logros y éxitos de los demás.







La generosidad:


La generosidad es uno de los valores que se fomentan en la vida familiar. Entendiendo por generosidad el actuar en favor de otras personas desinteresadamente y con alegría. Hacer algo por otras personas puede traducirse de diferentes maneras, por ejemplo, dar cosas, prestar juguetes, dar tiempo para escuchar y atender a otro miembro de la familia, saludar, perdonar.







El respeto:

El respeto hacia los demás miembros es otro de los valores que se fomentan dentro de la familia, no sólo  el respeto a la persona misma, sino también a sus opiniones y sentimientos. Respeto hacia las cosas de los demás miembros, respeto a su privacidad, respeto a sus decisiones, éstas, por supuesto, adecuadas a la edad de la persona. Es en la familia donde el niño aprende que tanto él o ella como sus ideas y sentimientos merecen respeto y son valorados.





La justicia:


La justicia se fomenta en el seno de la familia al establecerse lo que corresponde a cada miembro de la misma. Una persona que se esfuerza constantemente por respetar los derechos de los demás y le da a cada uno lo que debe, tiene la virtud de la justicia.








La responsabilidad:

La responsabilidad supone asumir las consecuencias de los propios actos, no sólo ante uno mismo sino ante los demás. Para que una persona pueda ser responsable tiene que ser consciente de sus deberes y obligaciones, es por ello, de gran importancia que los hijos tengan sus responsabilidades y obligaciones muy claras. El desarrollo de la responsabilidad en los hijos es parte del proceso educativo, esto con vistas a la participación de los hijos en la vida familiar primero, y a la vida en sociedad después, de una manera responsable y autónoma.



La lealtad:


La lealtad surge cuando se reconocen y aceptan vínculos que nos unen a otros, de tal manera que se busca fortalecer y salvaguardar dichos vínculos así como los valores que representan. La aceptación y el reconocimiento de este vínculo no se centra hacia el futuro, como una posibilidad, sino que es una realidad actual. Este vínculo no pasa con el tiempo, es profundo, suele madurar y fortalecerse a la larga.




La autoestima:

La autoestima es uno de los valores fundamentales para el ser humano maduro, equilibrado y sano. Este valor tiene sus raíces y fundamentos en el núcleo familiar. Se entiende por autoestima la visión más profunda que cada persona tiene de sí misma, influye de modo decisivo en las elecciones y en la toma de decisiones, en consecuencia conforma el tipo de vida, las actividades y los valores que elegimos. Desde niños vamos construyendo el concepto de nosotros mismos de acuerdo a los mensajes recibidos de nuestros padres, hermanos, familiares, amigos y maestros. Es la suma de la autoconfianza, el sentimiento de nuestra valía personal y de nuestra capacidad.





Se ha observado de un tiempo a esta parte, la carencia de valores en los hogares principalmente en lo que se refiere a los  jóvenes, que con su conducta negativa desconocen la autoridad y respeto  que deben guardar a sus padres, ocasionando toda clase de conflictos que ponen en peligro la estabilidad de los núcleos familiares.


La falta de educación y escasos valores, sumado a los problemas económicos y el desempleo son factores que provocan la violencia. Para disminuir  la incidencia de este problema en las familias,  es necesario inculcar los valores familiares, informar y  educar .Las consecuencias de la falta de valores en una sociedad libre, nos enmarca que son los valores, los que se han perdido para vivir en un mundo más sano y que como toda una sociedad debemos de inculcar a nuestros hijos los buenos valores de la vida para poder cultivar desde el nacimiento y conforme se va creciendo en los hogares ese amor, respeto, convivencia,principios, entre otros.   Podemos continuar con la educación en las escuelas públicas y privadas concientizando en todo valor humano para el bienestar de nuestra sociedad
























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